Tips para detectar noticias falsas

Autochequeos (I): cuando los usuarios verifican directamente la información

En la vorágine de información falsa circulando por redes sociales, en el marco de la crisis social y política de nuestro país, resulta reconfortante comprobar cómo los mismos usuarios se dan el trabajo de «autochequear» las publicaciones de autoridades, periodistas, opinólogos y comentaristas espontáneos del acontecer.

Esto, especialmente cuando, aún con buenas intenciones, se hace circular mensajes que contienen información falsa o de dudosa procedencia que pueden tener perniciosos efectos en nuestra ciudadanía, ya sea desviando la atención del debate principal o, peor aún, inflamado los ya alborotados ánimos en nuestra sociedad.

Entre los autochequeos más destacables de los que hemos sido testigos por estos días algunos llaman la atención por la contundencia del rebate, su oportunidad, la elegancia de la respuesta e incluso su humor.

Diálisis perdidas… que nunca se han realizado

El lunes 28 de octubre una indignada tuitera que usa el nombre de «Dra. Ruiz» llamaba la atención sobre la negativas consecuencias de los incendios en pleno centro de Santiago, donde además de varios locales comerciales destruidos en Alameda con Santa Rosa, un centro médico de Integramédica debió cerrar por la magnitud de los daños.

Siendo absolutamente condenables estos hechos, la usuaria, que en su perfil (actualmente modificado y con sus tweets protegidos) señalaba por esos días «JAMÁS falto a la verdad», hizo especial hincapié en el perjuicio a 50 pacientes del tramo A de FONASA que se realizarían diálisis en el lugar.

El problema es que que no se practica diálisis en la cadena de centros médicos, como lo hizo notar rápidamente, con elegancia y cordialidad, el encargado de redes sociales de Integramédica, ante la consulta de otra tuitera, a quién la aseveración de la Dra. Ruiz le hizo saltar algunas alarmas.

Otros usuarios también hicieron gala de su humor para abordar el intento de desinformar y alarmar:

SAE, agendas y datos duros

Un intercambio bastante menos elegante se dio tras las declaraciones de la ministra de Educación, Marcela Cubillos, respecto de los resultados del Sistema de Admisión Escolar (SAE). Tanto en el correspondiente punto de prensa, como a través de redes sociales, la ministra, una de las más cuestionadas sobrevivientes del cambio de gabinete del Presidente Piñera, criticó como lo ha hecho regularmente el SAE, apuntando a una «injusticia» del sistema que no considera los «méritos» de rendimiento académico en el algoritmo que asigna los postulantes a los establecimientos educacionales. Más allá de la crítica al sistema y los mitos instalados sobre su funcionamiento, llamaron la atención las cifras entregadas por la ministra acerca de los resultados del proceso instalado por el segundo gobierno de Michelle Bachelet, centrando su foco en la insatisfacción de las familias sobre los mismos.

Sin embargo, para el ojo critico de muchos ciudadanos, incluidos los usuarios de Twitter, los números no cuadraban. Fue así como diversos académicos, con datos obtenidos por la Universidad de Chile, salieron a desmentir las cifras entregadas por Cubillos, acusando el sesgado uso de una submuestra de los resultados para acomodar las cifras al discurso consistente de Chile Vamos respecto al Sistema.

Si hasta aquí el intercambio estaba dentro de los márgenes normales de cordialidad para un sistema cuyo desmantelamiento forma parte de la las prioridades de la administración Piñera, la asertiva intervención del periodista de CNN Chile, Daniel Matamala, no cayó nada bien en la ministra, tras ser interpelada por entregar datos falsos.

La respuesta indignada de la ministra Cubillos no se hizo esperar, acusando a Matamala de desinformar a la población.

Mientras continuaba el intercambio, Daniel Matamala no claudicó en su cuestionamiento a la veracidad de las cifras de la ministra, subrayando que el argumento de Cubillos, lejos de explicar la disonancia en los datos, terminaba confirmando el uso, a lo menos, mañoso de una submuestra. Para argumentar, recurrió a datos duros (PDF) para demostrar el «error» de la ministra Cubillos.